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viernes, 15 de febrero de 2013

Nuestro legado al mundo

Ayer fue catorce de febrero, comúnmente se habla del consumismo al que nos vemos casi obligados, pero de lo que no se habla es de lo hermoso que es recibir una atención de parte de alguien inesperado, aunque, creo que hasta el más recalcitrante critico del consumismo no se ha puesto a pensar que gran parte de la población adquiere un ingreso importante, ya sea de manera anticipada, esto en mercerías,  tiendas de regalos, florerías, tiendas de novedades, etc. o de manera improvisada en tiendas caseras, negocios pequeños o en dado caso hasta de ambulante a pie.

Y bueno antes de conocer a Any ésta fecha era considerada como innecesaria muchos también la consideran así, mis convicciones me obligan a sostener que la quiero no por quien es, sino por quien me hacer ser cuando está conmigo, no he podido dejar a un lado esa visión quimérica de felicidad.

El amor se ha vuelto mi tirano favorito, ese que me obliga y me restringe y que aún y a pesar de los azotes que me he dado frente a un yo mismo, sigo creyendo y adorando, eso del amor me ha vuelto sobre una hoja en la que lo que está escrito me interesa poco, simplemente quiero leer, y aunque a veces no me guste lo escrito sé que disfrutaré del final porque disfruto de la aventura.

No conozco a alguien que reniegue del amor, pueden hacerlo muy de dientes para afuera, pero la mayor parte de las cosas se reniegan así, ¿qué cosa no se hace de dientes para fuera?, el amor es el villano favorito de los seres humanos, ya que a pesar de los desvelos, las vicisitudes y los estupores que implica el estar enamorado y a pesar de que en ocasiones (la mayor de la veces) está implicado íntimamente con su antagónico desamor, no podemos dejar de pedirle a esa persona que nos arrebata el sueño:

"Que el fuego de tu cuerpo
Caliente aquí en mi pecho
Y con tus furias ganas
Perdamos la razón...

Saciandonos de ganas
De pasión y locuras
Cubriéndonos la piel
Sólo con el amor"

El amor es algo que por más sesudo y racional se intente ser no puede ser evitado, la cursilería es comúnmente cagante, pero no por ello deja de ser exquisita.

Pero una práctica muy común es la de dedicar canciones a la persona amada, y entre ellas hay muchas que son clásicas, pero hay unas que nunca he visto pegadas en los muros de facebook, o en un comentario de twitter en un 14 de febrero, y sólo las veo cuando se baila en las fiestas, hablo de la salsa.

Son muy pocos los que no saben bailar salsa, somos más los que bailamos con arritmia y en el mejor de los casos mal, unos pocos bailan espectacularmente bien, pero no hay un sólo mexicano, colombiano, cubano, boricua, en fin, no hay ningún latinoamericano que no conozca la sala.

Hay ocasiones en las que es imposible no hablar de la marginación, la desigualdad, el desinterés social, la corrupción, etc. males que afectan no sólo a nuestros países sino al mundo entero, hay también que hablar de los legados, si repasamos la historia, encontramos que Prusia, ha fue un centro de creación musical, y de ahí podemos hacer un recuento de gustos, autores y géneros, pero así como el papel fue uno de los grandes legados al mundo por parte de los Chinos, en América Latina se desarrollo la salsa y como cualquier manifestación del arte habla de todo, y bendito sea dios de que ningún otro país ha logrado hacer un ritmo con tanto sabor, con tanta frescura, con tanto ritmo que te hace hervir la sangre, gracias a la salsa muchos hemos nacido.

Si de algo estoy orgulloso es de ser latinoamericano, y si tenemos un legado para nuestros hijos, para el mundo, y para la historia es el de ser poseedores de la salsa, porque como a la lujuria, no hay quien se le resista, ese ritmo impetuoso, ardiente como la lena, corre por nuestras venas, yo prefiero salsa que sangre en ellas.



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